Un regatista debe manejar su optimist con tanta soltura como un skater su skate.
No lo podremos llevar bajo el brazo con los libros
a clase, pero si podemos este verano pasar muchos buenos ratos probando cosas
nuevas que te den esa seguridad que precisas en su control.
Propongo aquí una serie de juegos de habilidad para hacer
con el optimist. Todos tienen como objetivo el sentirse capaz de controlar el
optimist.
Estos juegos pueden hacerse a nivel individual, de forma que
cada uno lo entrene, o bien se pueden puntuar con un juez que otorgue puntos por
dificultad de la habilidad ensayada y puntos por como lo realiza.
Navegar con el cuerpo
en posiciones distintas a la normal
De pié en la borda.- Empieza poniendo un pié sobre el espejo
de popa y otro en la borda, o sea usando la aleta posterior. De esta forma es
más fácil guardar el equilibrio. Luego ve intentando ir apoyado solo en la
banda, y cada vez intentando hacerlo más al centro para que el barco tenga velocidad. Empieza en un través para
que te sostenga la vela, y luego cuando controles ves intentando ceñir. Al
final serás capaz de desafiar a otros con regatas en esta postura a una buena regata.
Sentado al revés con los pies colgando fuera de la borda.- Es interesante ver como manejas el timón desde esta postura.
Navegar con los ojos cerrados, o con los ojos vendados. –
Asegurate de no tener otro barco cerca. Te ayudará a despertar
tus distintos sentidos a la navegación, y aprenderás a confiar también en
ellos. El ruido del agua, la sensación del viento en la cara para orientarte,
el tacto del timón para saber cuándo orzar o arribar un poco, …
Evidentemente, para esto, tu barco conviene que esté bien
equilibrado. Es decir que cuando estés navegando, si soltaras el timón seguiría
al mismo rumbo, sin dar una rápida orzada (barco ardiente) o arribada (barco
blando).
Como juego. El monitor puede poner a los regatistas en línea
separados una distancia prudencial. A un pitido todos cierran los ojos, a dos
pitidos seguidos todos los abren, y comprueban si han sido capaces de mantener
el rumbo. Si ya tienen control, un pitido largo es hacer una virada por avante.
Navegar con piloto
automático (lazarillo).-
En el mismo barco.-
El mismo ejercicio anterior que se puede hacer llevando al
lazarillo dentro del propio barco. Este le va diciendo lo que debe hacer, pero
no puede tocar timón ni escota. El patrón en este caso puede llevar vendado los
ojos con un pañuelo o cinta ancha.
Desde otro barco.-
El que hace de lazarillo navega al lado, y va dando
instrucciones. Este puede ser un juego para hacer uno contra uno con lazarillo.
No es fácil, y hay que elegir un día con vientos suaves,
pero al final conseguirás ser un artista y desafiar en una regata a tus
compañeros a que eres capaz de ganarles navegando tu “sin timón”.
Recuerda que juegas con el peso, como se maneja el barco en
la clase patín, pero debes controlar la vela que en cierta forma hace de
palanca para forzar los giros. Adelantando el peso consigues “arribar”,
retrasándolo haces a tu optimist “orzar”.
Siempre es útil para atracar, y a veces necesario en las
salidas, saber navegar marcha atrás. Conviene entrenarlo, aprender que el timón
dirige en marcha atrás al optimist cayendo la proa al lado contrario que marcha
adelante. Para ello se comienza desde la posición de aproado y se empuja
suavemente la botavara contra el viento. El barco arranca hacia atrás y hay que
ir tocando el timón para mantener un rumbo recto.
Montar un circuito donde cada tramo debe realizarse de una
forma. Por ejemplo este triángulo donde la primera ceñida suave hay que hacerla
de pié en la borda, la popa marcha atrás, y el largo con el cuerpo en remojo.
Pruebas combinadas con otros deportes.- (triatlón acuático).
Depende de la situación de la zona de navegación, se puede hacer carreras en
tierra, natación y navegación. Sumando los tiempos o una detrás de otra.
También se puede hacer en el agua natación, vela, remolque
de barco nadando llevando el optimist por el cabo de remolque, subir y tirarse
de la neumática un número de veces, etc. Combinando varias de igual forma.
Es un ejercicio para hacer mejor con los pequeños, para no
someter las cinchas del barco a una tensión superior a la prevista.
Se colocan dos en el barco, cada uno colgado de una banda.
El que está sentado a barlovento lleva el barco, el otro simula la tormenta.
Saca el cuerpo fuera simulando rachas de viento, y con un achicador le llena el
barco simulando olas que entran. El patrón tiene que contrarrestar esos
efectos, sin dejar de navegar. Colgándose bien y achicando siempre, haciendo un
determinado recorrido. Se cronometra el tiempo y se penaliza llegar con agua.